domingo, 11 de septiembre de 2016

Los bebés riéndose histéricamente en Compilación Gatos










Todos deberíamos aprender de la sonrisa de un niño, ya que es la mejor fórmula para ser felices en la vida. A ellos no les cuesta nada y deberíamos emplearla ante cualquier situación dañina. Nos llenaría de positivismo y de energía y nos permitiría enfrentarnos a los obstáculos constantes de la vida, pues por muy dura que ésta sea a veces, siempre es mejor enfocarla con una pequeña sonrisa.
Solo Dios tuvo que ser el artífice de la dulce sonrisa de un niño, pues es un gesto que refleja la ternura y misericordia que han olvidado los adultos. Y es que en el mundo, ¿puede haber algo más resplandeciente, contagioso, intenso y gozoso?

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