Los perros y los niños se entienden fenomenal, siempre y cuando el perro sea un poco mayor, ya que así él comprende que eso que hay delante suyo haciendo equilibrios y moviéndose torpemente, es un bebé, un cachorro humano. Entonces su instinto animal protector y tierno sale a flote para disfrute tanto de aquellos que lo vemos, como para los bebés
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